sábado, 11 de diciembre de 2010

“No pienses en un elefante” George Lakoff

Lo que sigue es el texto base que utilice como introducción a la tertulia organizada por Juventudes Socialistas de Chiclana en la Box, ayer; sobre el libro que pone nombre a esta entrada.

Muchos ciudadan@s han tomado la decisión de comprometerse políticamente impulsados por una necesidad de libertad, igualdad, justicia, defensa del medio ambiente; y todo ello con ánimo rebelde; pero este sentimiento necesita encontrar una forma de expresión, y en democracia el procedimiento, lo conforman las ideas, las palabras, los argumentos.

Estas ideas, estas palabras, esta argumentación, necesariamente necesitan de un trabajo de elaboración, documentación, y sobre todo debatirse hasta conseguir la movilización de las conciencias.

Los conservadores han desarrollado a través de instituciones como agencias e institutos de investigación, donde se han gastado millones y millones de dólares y euros, un sistema de comunicación capaz de usar nuestras inquietudes y necesidad de justicia contra nosotros mismos, a partir de los conocimientos lingüísticos y psicológicos.

Estos sistemas comunicativos, con la ayuda inestimable de los medios periodísticos, publicistas, intelectuales nos hacen asumir inconscientemente las ideas conservadoras, volviéndonos propagandistas de dichas ideas. (Ejem. Subida la de extrema derecha Sueca, americana y Países Bajos)

Por tanto, nos corresponde como progresistas encontrar por nosotros mismos una voz colectiva para trabajar por el bien común, así como formar redes de voces que extiendan nuestras ideas.

Lakoff, en este libro “No pienses en un elefante” nos presenta una guía de pensamiento práctico progresista para aquellos que nos interesamos por la política. Esta guía nos conduce a una reflexión de las estructuras mentales que conforman nuestra sociedad y nuestro mundo.

Dicha reflexión la sustenta sobre las teorías de la metáfora y el sistema de marcos.

Con su teoría del “pensamiento metafórico”, nos dice: que la metáfora nos permite estructurar conceptos a partir de otros que tenemos asumidos, proceso que realizamos inconscientemente dependiendo de nuestras experiencias.

Los marcos son estructuras mentales que le permiten al ser humano entender la realidad y, a veces, crear lo que entendemos por realidad.

En el libro que nos ocupa, la metáfora consiste en considerar a la NACION como una familia, al tiempo que enmarca la concepción de familia en dos modelos: el padre estricto (conservador) y el padre protector (progresista).

Lakoff considera que el centro ideológico o político no existe. Todos somos biconceptuales, o sea en algunos aspectos de nuestra vida somos progresistas (padre protector) y en otros conservadores (padre estricto).

Lakoff, sigue el descubrimiento de Wirthlin: “la gente vota basándose en los valores, la confianza (la revuelta estudiantil que en estos días se produce en Inglaterra no sólo es por la subida de las matriculas universitarias, sino contra el mensaje orwelliano del gobierno, que prometió la no subida y han realizado lo contrario) y la identidad. Las cuestiones políticas específicas sólo son un medio para expresar simbólicamente los valores”.

George Lakoff (EEUU 1941), es catedrático de lingüística y ciencias cognitivas de la Universidad de California y fundador del Rockrdge Institute. Libros traducidos al castellano: “No pienses en un elefante”; “Puntos de Reflexión” y “Metáforas de la vida cotidiana”, éste último escrito junto a Mark Johnson.

sábado, 4 de diciembre de 2010

El ex tesorero del PP gestiona cuentas en Suiza - Público.es

El ex tesorero del PP gestiona cuentas en Suiza - Público.es

Si pensara como los del PP; diría que la acción terrorista de los controladores ha sido propiciado por el PP para que pase desapercibida las noticias del saqueo a las arcas públicas por parte de la camarilla de dirigentes mafiosos del mencionado partido.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Reflexión lúcida

LA ENCRUCIJADA DE LOS SINDICATOS
IZQUIERDA SOCIALISTA - CORRIENTE DE OPINIÓN INTERNA DEL PSOE, el Martes, 31 de agosto de 2010 a las 12:10
Antonio García Santesmases*
Zapatero nunca había faltado a Rodiezmo desde que en 2000 tomara las riendas del PSOE. Su no asistencia a la fiesta minera del próximo domingo ha dado mucho de qué hablar en la prensa, pues se supone representa el divorcio entre el actual presidente del Gobierno y los sindicatos. Unos sindicatos que en el actual contexto de despidos, rebajas salariales y reformas laborales están en el disparadero de la opinión pública.
Tener algunos años tiene sus ventajas. Una de ellas es estar alerta cuando se otea en el horizonte que uno va a contemplar cómo se repite una historia que ya había vivido. Creo que esto es lo que me está empezando a ocurrir cuando observo el tratamiento que muchos hacen de las movilizaciones sindicales.
En los años 80 del siglo pasado también hubo huelgas muy importantes de los sindicatos, también hubo conflictos sociales muy agudos, también asistimos a una campaña de descalificaciones. Sin embargo, había diferencias notables con el momento actual.
Los sindicatos, a lo largo de la Transición, habían dado muestras de una gran cordura, de una indudable sensatez, de una inequívoca moderación. Fueron impelidos a aceptar los Pactos de la Moncloa negociados por los partidos políticos; se les invitó a no plantear problemas cuando se consensuaba la Constitución; levantaron un poco la voz en el año 80 pero el 23 de febrero del 81 exigía de nuevo moderación. Y de nuevo estuvieron dispuestos a aportar su granito de arena a cambio de ser siempre los parientes pobres de la Transición. Ellos eran el símbolo de la moderación en un país atenazado por el golpismo y por el terrorismo; un símbolo que se podía agradecer, pero del que se esperaba que no pidiera nada a cambio.
Llegaron los socialistas al Gobierno en octubre del 82 y la prioridad era consolidar la democracia, subordinar el poder militar al civil, integrarnos en Europa, y propiciar una salida de una crisis económica en la que había que reconvertir buena parte de nuestro tejido productivo. Los sindicatos aguantaron, negociaron, colaboraron. Pero llegó un momento en que pensaron que era el momento de repartir beneficios, que no se podía seguir sembrando para que cosecharan los de siempre.
Los más viejos del lugar recordarán la que se armó. Por si tuvieran alguna duda, hay muchos testimonios al respecto pero uno bien reciente puede ayudar a refrescar la memoria. En una conferencia reciente acerca de las bases socioeconómicas de la democracia, afirmaba Miguel Boyer: «Hubo que hacer una dura reconversión industrial. Con energía y con inteligencia, Carlos Solchaga es una persona a la que en una crisis económica no le tiembla la decisión y aguanta como aguantó entonces golpes de los sindicatos, entonces con Nicolás Redondo, que no era como el bendito Cándido Méndez, del que en los últimos años hemos disfrutado. Era otro personaje mucho más difícil».
Y ese fue el relato que los gestores económicos de la época, muchos de los cuadros políticos del momento, y muchos de los historiadores elaboraron y transmitieron. Se lo dijeron a sí mismos tantas veces que acabaron por convencerse de que todo aquello había sido fruto de la personalidad compleja e irascible, difícil, del líder de la UGT. Cosas así no volverían a ocurrir, se decían, porque ahora tenemos otros líderes sindicales, que son unos benditos.
Pero llegó un 12 de mayo del 2010 en que se cambió el guión, en que como no pudimos cambiar a los mercados, los mercados nos cambiaron a nosotros, y por ello era imprescindible recortar derechos sociales, abolir garantías laborales y propiciar una política de austeridad. Y se esperaba que los benditos siguieran siendo eso, benditos. Pero como no podían ni debían serlo comenzaron a resistirse y entonces comenzó también una gran operación de deslegitimación de los sindicatos; con grandes diferencias, por cierto, en relación con lo que vivimos aquellos años 80.
En aquel momento todavía se vivía dentro de lo que se llamaba familia socialista porque sindicato y partido estaban juntos, unidos en el mismo combate. Esa al menos era la retórica. Después se vio que las cosas eran más complicadas y se agudizó la autonomía sindical por un lado y el partido como máquina electoral por otro. En aquel momento el contexto era mucho más dramático para el militante socialista, que vivía escindido entre dos disciplinas. Hoy, por el contrario, los partidos tienden a una militancia mucho más difusa y a centrarse en políticas que ahondan en el radicalismo cívico y se alejan de la tradición socialdemócrata.
Desactivado el drama familiar los sindicatos se enfrentan a un problema mucho más arduo. El tiempo no ha pasado en vano. En los 80, la derecha política en España era muy débil y la derecha mediática no veía con malos ojos dar un correctivo por la izquierda al Gobierno de Felipe González, ya que consideraban que era una buena estrategia para bajarle los humos.
Hoy las cosas son distintas porque en España hay una derecha política y una derecha mediática muy fuertes. Hoy el mundo del neoliberalismo ha erosionado en toda Europa los principios del Estado social. Por ello el ataque para deslegitimar a los sindicatos se ha desplazado. Desde el Gobierno vienen las medidas que socavan los principios en los que se sustenta el Estado del bienestar pero la retórica gruesa, la campaña para evitar el eco de las reivindicaciones, viene por parte de los sectores intelectuales y mediáticos que piensan que los sindicatos están de más. Son los que creen que ya está bien de aguantar; que no están dispuestos a pagar con sus impuestos a las organizaciones sindicales para que tengan liberados que se ocupen de las tareas organizativas; son los que defienden que no tienen sentido las actividades de formación de los trabajadores; ni la regulación de los contratos, ni la negociación de los convenios. Y todos los que defienden estas tesis son muchos y tienen mucha fuerza.
¿Cómo responder a esta campaña? Creo que es imprescindible elaborar un relato propio sobre la historia pasada y articular un proyecto para afrontar los retos que nos esperan en los próximos años. Sin ese relato y ese proyecto los sindicatos están perdidos.
Toda la lógica perversa del momento actual se resume en una entrevista hecha al mismo Boyer cuando le preguntan si tiene voluntad de volver. Elegantemente dice que no, que ya pasó su hora, que hay que dejar esa tarea a los más jóvenes, pero que, por cierto, dados los salarios en la función pública a esos puestos corremos el peligro que sólo lleguen los analfabetos. Esto lo dice la misma persona que considera imprescindible reducir el déficit público, adelgazar el Estado, imponer austeridad a esos funcionarios que ya cobran poco, pero que tendrán que apretarse aún más el cinturón.
Aquí está la clave. Los que operan en el primer tercio siguen disfrutando de unos ingresos a los que nunca llega el médico de la seguridad social, el juez, el técnico de la administración civil o el profesor de universidad, pero lo importante es movilizar todas las energías para que este sector intermedio considere que sus males no vienen de los ingresos escandalosos de los que no son analfabetos, sino que vienen de los sindicalistas que monopolizan el mercado laboral y constituyen la aristocracia obrera.
La batalla por las palabras es muy importante y la lucha contra los estigmas y los prejuicios todavía más. Mientras los sindicatos no logren movilizar al segundo tercio para su causa la batalla estará perdida. Y sólo lo harán si todos esos sectores perciben que además de defender la dignidad (algo muy importante pero insuficiente) hay alguna posibilidad de obtener alguna victoria, algún cambio en las políticas de los gobernantes españoles y europeos.
En este sentido el que la huelga de los funcionarios del pasado mes de junio fuera un fracaso puede ser una suerte porque a los benditos les va a exigir una rectificación en su estrategia de cara a la huelga general convocada para el 29 de septiembre. Es el momento de despertar y de preparar a las bases sindicales para un combate que tendrá momentos decisivos a corto plazo, pero que inexorablemente hay que saber que se juega a medio plazo.
En aquellos 80 los gobernantes tenían un margen de maniobra mayor, al tener una moneda propia; hoy los dictados vienen de fuera pero, por ello mismo, es imprescindible elevar el punto de mira y recordar que no estamos de acuerdo con este tipo de construcción europea. Cuando se discutía sobre las reformas a desarrollar en el seno de la UE los sindicatos siempre defendieron un sí crítico a los distintos procesos: de acuerdo con las reformas siempre y cuando se respetaran los derechos laborales, se preservara el modelo social europeo y se garantizara el bienestar. Era un sí condicionado a mantener un modelo que ha sido el orgullo de la cultura europea. Si ahora se va erosionando ese modelo, si se asiste a anuncios dramáticos acerca del futuro de las pensiones, de la calidad de los servicios públicos, de la edad de jubilación, hay que responder a nivel nacional y europeo con claridad y con contundencia.
Será difícil, habrá que movilizar a los que están deprimidos e insuflar ánimos a los que ven todos los procesos como algo frente a lo que nada se puede hacer; habrá que recuperar para la lucha a los que hace tiempo abandonaron esas prácticas y habrá que dar esperanzas a los que consideran que el futuro ya está escrito.
Y todo esto habrá que hacerlo en un contexto atravesado por las emociones más dispares donde se corre el peligro de aparecer como el que quiere poner palos en la rueda sin tener nada que ofrecer, o como el aguafiestas que estropea incluso los momentos gozosos. Para el interesado en visualizar este peligro, le recomiendo que busque un vídeo del telediario sin desperdicio. Se hablaba de la alegría por el triunfo de España en el Mundial cuando al reportero se le escapó «y mientras tanto, los trabajadores del Metro aguando la fiesta».
Y en eso estamos. Los benditos llamados a aguar la fiesta, a recordar que nos estamos jugando mucho, a pedir una rectificación política en Madrid y en Bruselas. Pero a esos benditos hay que recordarles un hecho sucedido no en los años 80, sino en este siglo XXI. Cuando comenzaron las primeras protestas en EEUU contra la política de Bush en Irak, cuando los intelectuales empezaron a difundir la consigna de que no estaban dispuestos a secundar cualquier estrategia contra el terrorismo, no al menos en su nombre, muchos escépticos dijeron que nadie se movilizaría, que el miedo por los actos terroristas atenazaba las reacciones, que no habría apenas oposición; y para su sorpresa todos pudimos asistir a las movilizaciones más importantes que ha vivido Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Si las organizaciones sindicales europeas despiertan del letargo y comprenden que incluso los benditos a veces tienen que mostrar el tigre que llevan dentro, podremos comenzar a resistir esta deriva neoliberal que amenaza con arrasar con todo y con todos.
*Antonio García Santesmases es catedrático de Filosofía Política de la UNED y dirigente de Izquierda Socialista-PSOE.

lunes, 31 de mayo de 2010

Juan Velarde.

La falsedad es cuando no se dice toda la verdad.

Estudió Ciencias Económicas en Madrid, en la primera promoción de estos estudios en España. joven falangista, dirigió la sección económica del diario Arriba, órgano del Movimiento, y fue uno de los redactores de las ponencias económicas del I Congreso Nacional de la Falange, en 1953.

Consejero del Tribunal de Cuentas, al que se le exige independencia, preside el observatorio económico de la Faes, ligada al PP.

Bibliografïa de Juan Velarde:

  • La Compañía de Jesús y la reforma de la economía española: (del Padre Luis Coloma al Padre Sisinio Nevares) (1993)
  • Los años en que no se escuchó a Casandra o El fracaso de la expansión de 1985 a 1992 (1993)
  • Los años perdidos: crítica sobre la política económica española de 1982 a 1995 (1996)
  • El futuro de la economía española : el modelo Aznar-Rato va a más (2000)
  • Fraga o El intelectual y la política: una visión desde la economía (2001)
  • Del realismo moderado de Santo Tomás de Aquino a la evolución de la doctrina social de la Iglesia: un homenaje a Colin Clark (2003)
  • José Antonio y la economía (2004)
  • La economía española ante el siglo XXI (2005)
  • España ante la socialización económica: una aproximación con complementos y sin descargo de conciencia (2005)
  • etc.

    Declaraciones de Juan Velarde:

    Entrevista en Libertad Digital

    Declaraciones de Juan Velarde sobre Educación para la Ciudadanía

  • Asalto y asesinato del ejercito Israeli a pacifistas con ayuda humanitaria

    viernes, 28 de mayo de 2010

    ¿Y si hubiera ganado el no?

    27 Mayo 2010 por Rafael Simancas

    Ya está hecho. Ha ocurrido lo que tenía que ocurrir. Ha ganado el “sí”, se ha aprobado el decreto de medidas de ajuste para atajar el déficit, en consonancia con el resto de nuestros socios europeos. Y el PSOE ha asumido en solitario la responsabilidad y el coste de sacarlo adelante. Pero, ¿y si hubiera ganado el “no”? ¿Y si hubieran logrado su propósito aquellos que han movilizado hasta a sus enfermos en tratamiento de cáncer para hacer ganar el “no”?

    Esta muy claro quién administra el “sí”, en su decisión, en su explicación y en su coste: el Gobierno y el PSOE. Para bien y para mal. Pero, ¿quién administra el “no”? ¿Quién asume la responsabilidad de situar a nuestro país, su economía, su papel en Europa, y el mismísimo euro al borde del abismo? ¿Quién se hace cargo del “no” ante los ciudadanos españoles? El “sí” tendrá un precio. Seguro. Pero quién piense que el “no” sale gratis está muy equivocado.

    Situémonos por un momento en el escenario del rechazo parlamentario al decreto del ajuste. No resulta difícil prever las consecuencias. En lo político, es posible que se hubieran hecho realidad las ensoñaciones de muchos. Escándalo nacional e internacional, crisis de descrédito en el Gobierno, disolución de las Cortes, adelanto electoral… Esto es lo que buscaban unos cuantos y puede que lo hubieran conseguido.

    Ahora bien, ¿y las consecuencias para el país? A cortísimo plazo, el triunfo del “no” hubiera provocado el hundimiento de las bolsas, un fuerte castigo a España en los mercados financieros y el encarecimiento brutal de la deuda. Si uno de los objetivos más relevantes del decreto de ajuste consiste en reducir el coste de la financiación de la deuda, sobre todo de la deuda privada (178% del PIB), la derogación del decreto hubiera supuesto la multiplicación exponencial de su precio. Probablemente hasta el punto de hacerla inviable.

    El fracaso del plan de ajuste nos hubiera llevado a la quiebra definitiva de la confianza en los mercados internacionales de deuda. Es decir, a la reedición de la “crisis griega”, pero con una dimensión y unas consecuencias extraordinariamente más graves, aquí y en el conjunto de Europa. El coste en términos de estabilidad para el euro y para las economías que dependen de la moneda común hubiera sido tremendo.

    Quienes hoy practican alegremente la demagogia con los sacrificios de funcionarios y pensionistas saben, con seguridad, que el triunfo del “no” en el Congreso hubiera obligado al Gobierno, a este o a cualquier otro, a afrontar un ajuste mucho más duro en un futuro próximo. Y quizás entonces, con bastante probabilidad, el recorte salarial progresivo para los servidores públicos se hubiera convertido en despidos masivos, y la congelación de las pensiones contributivas no mínimas se hubiera transformado en una rebaja drástica y dolorosa.

    El reprochatorio al Gobierno puede entenderse y hasta justificarse. Que si no se atajó a tiempo la burbuja inmobiliaria, que si se suprimió el impuesto de patrimonio, que si se venden rectificaciones como errores… El regate político forma parte del juego. Ahora bien, apostar deliberadamente al colapso del país para obtener un rendimiento electoral no solo es ilegítimo; resulta miserable. Y, desde luego, se trata de un comportamiento que no tiene parangón en Europa. Las oposiciones reprochan, critican y plantean sus propias opciones. Pero una oposición democrática legítima no llama a la ruina general para cimentar el éxito electoral propio. Al menos no debe hacerlo gratis.

    Porque, ¿cuál era la alternativa al decreto del Gobierno? ¿Evitar el ajuste? Imposible, porque se trata de una imposición inexorable del neonato Gobierno económico de Europa para hacerse cargo del salvamento del euro. ¿Hacer un ajuste distinto en el gasto? ¿Cuál? ¿De dónde recortar 15.000 millones de euros en año y medio? Solo cabe hacerlo de las grandes partidas, y estas son pocas y dolorosas: la nómina de los funcionarios, las pensiones, las prestaciones por desempleo, los servicios de la educación y la sanidad, las infraestructuras…

    Plantear como alternativa al decreto la supresión de cargos ministeriales y de coches oficiales es un insulto al sentido común. Integrar el departamento de Vivienda en Fomento, o el de Cultura en Educación, por ejemplo, tan solo ahorraría la diferencia salarial entre un ministro y un secretario de Estado, porque nadie está proponiendo suprimir las políticas culturales o de vivienda, ni los puestos de trabajo de sus funcionarios, ¿o sí? ¿Y a cuánto asciende el total de la factura de los coches oficiales que aún hoy siguen disfrutando los dirigentes del PP que reclaman su desaparición? ¿Un millón, dos, tres?

    ¿Debe establecerse el ajuste desde el capítulo de los ingresos? Las medidas aprobadas deben complementarse con una mayor presión fiscal dirigida a las rentas y los patrimonios más relevantes. El Gobierno ya ha anunciado iniciativas en este sentido. Pero hemos de ser conscientes también que un ajuste destinado a generar confianza en los mercados financieros debe ser prudente en el tratamiento de los capitales y atender a su extraordinaria volatilidad.

    En definitiva, no hay alternativa factible al ajuste aprobado a instancias del Gobierno. Sí pueden complementarse algunos contenidos y sí pueden mejorarse las formas, desde luego. Y son imprescindibles, claro está, algunas de las “reformas estructurales” siempre pendientes: además de la reforma laboral anunciada (y espero que acordada), merecen atención la reforma educativa, la reforma de los modelos productivos, la reforma de los mercados financieros (para limitar la especulación criminal) y la citada reforma fiscal.

    Baste una sola conclusión: quienes sonríen en estos días con la calculadora del coste y del beneficio electoral en la mano, han de saber que los ciudadanos no votarán a aquellos que resulten más hábiles en el aprovechamiento político de la crisis, sino a quienes más responsabilidad y competencia demuestren en su combate. Y puede que a la hora de la verdad se les hiele la sonrisa.

    martes, 20 de abril de 2010

    Noche de Lectura. Carlos C. Laínez



    Noche de lectura
    acrílico sobre madera
    15 x 15 cms.

    El próximo jueves, 22 se inaugura una exposición colectiva con motivo del día del libro.
    El lugar elegido es la Sala del Molino del Alcázar de Jerez.
    Participan sesenta y tres pintores. Todas las obras tienen el mismo formato (15 x 15 cms).
    La exposición está comisariada por Bernardo Palomo y la organiza el Ayuntamiento de Jerez como una actividad más dentro de la feria del libro.
    La inauguración es a las 20'30 horas.

    miércoles, 14 de abril de 2010

    Fascismo y Camorra

    No me cabe la menor duda: en el PP hay gente honesta y honrada; pero, también, y estarán conmigo, que en estos momentos quienes rompe la pana dentro de ese partido son una camada de postfacistas, herederos del franquismo más rancio, y camorristas en el más estricto sentido italiano, con ramificaciones en la Judicatura y, sobre todo, en la Iglesia Católica.
    Modelo que ha sido importado de la Italia Berlusconiana por Aznar y Agag, íntimos amigos de aquél, de una forma burda.
    Difícil lo tienen esa gente honesta y honrada del PP

    jueves, 11 de marzo de 2010

    Congreso Socialista

    El Partido Socialista es el de mayor presencia en internet, muy por delante de cualquier otro partido.
    En el Congreso de los Socialistas Andaluces, que se inicia mañana viernes en Sevilla han sido invitados 40 bloggers para que narren desde dentro el desarrollo del Congreso.



    El Secretario de Organización, Rafael Velasco da la bienvenida al Congreso

    domingo, 7 de marzo de 2010

    Día internacional de las Mujeres

    Declaración de ANDALUCÍA LAICA - Europa Laica www.laicismo.org <http://www.laicismo.org/>

    El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de las Mujeres Es una fecha que se celebra en todo el mundo, en ella se conmemora todas las luchas pasadas, presentes y futuras que han de conducir a la igualdad entre todas las personas, lo que significa conseguir para el conjunto de la humanidad la justicia, la paz y el desarrollo.

    La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX y, en 1975, la Organización de Naciones Unidas, adoptó esa fecha como propia.

    Este día es una ocasión para reflexionar sobre los avances (reales) conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de los derechos de las mujeres y la mejora de la humanidad en su conjunto.

    ANDALUCÍA LAICA - Europa Laica, en tanto que Asociación que propugna, entre otras cuestiones, la libertad de conciencia y la defensa y fomento de los derechos civiles no puede por menos que adherirse a la celebración de este día, en el que se reivindica el derecho a la igualdad de las mujeres.

    Igualdad que para su ejercicio requiere libertad, derechos y, especialmente el libre desarrollo de su conciencia, sin la opresión de ideologías o religiones. En muchas ocasiones estas últimas han contribuido activamente a que se establezcan, refuercen y perpetúen las discriminaciones que históricamente han padecido las mujeres.

    En este sentido y reflejando la voluntad de ANDALUCÍA LAICA - Europa Laica de construir una Escuela Pública y Laica, no consideramos que la segregación por sexos en la escuela contribuya a la igualdad que el Día 8 de marzo quiere simbolizar.

    Las manifestaciones y declaraciones de algunos sectores de la Iglesia católica española, en relación con la legislación de carácter civil: matrimonio homosexual, interrupción voluntaria del embarazo, divorcio, etc. olvida el derecho y la obligación que todas las personas tienen al ejercicio de la autonomía de su conciencia.

    Las mujeres, como ciudadanas que son y especialmente afectadas, en el caso de la interrupción voluntaria del embarazo, no necesitan la tutela de ninguna instancia, salvo su propia decisión personal a la hora de determinar cuando quieren tener descendencia.

    También se vulnera, gravemente, la libertad de conciencia cuando a mujeres se les impone, en aras de una supuesta tradición o religión, una forma de vestir, una condición cultural, una estigmatización o un atentado a su salud. En estos casos el Estado está obligado a preservar la libertad de conciencia, por encima de todo.

    ANDALUCÍA LAICA - Europa Laica ha apoyado y apoya todas aquellas celebraciones de la sociedad civil que impliquen un reconocimiento y fomento de derechos y favorezcan el ejercicio de la libertad de conciencia, en este caso de las mujeres.

    Consecuentemente, rechazan todas las injerencias, amenazas y descalificaciones que se hacen contra aquellas mujeres que quieran ejercer un derecho reconocido, como un tal, por el Parlamento, única instancia legitimada en un sistema democrático para determinar que comportamientos son permisibles y cuales constituyen un delito.

    Así pues, nos sumamos a la celebración que simboliza el 8 de marzo que no es otra que la de la libertad, la igualdad y el derecho al ejercicio de una ciudadanía plena por parte de las mujeres.

    Granada, 6 de marzo de 2010

    sábado, 6 de febrero de 2010

    Reforma laboral

    Hoy a las 21:56

    José Antonio Pérez Tapias
    Diputado socialista
    Esta vez la cosa de la reforma laboral sobre la que trabaja el Gobierno ha entrado con buen pie. El documento presentado a los agentes sociales tras el Consejo de ministros es un documento abierto que contiene propuestas que han sido bien recibidas tanto por los sindicatos como por las organizaciones empresariales. Ello es esperanzador, y mas tras una semana de noticias nada agradables sobre bolsas y finanzas, avivadas de camino por algun cercano Comisario europeo que estuvo ligero al asimilar con poco acierto el panorama de nuestro pais al de Grecia. Y ello es igualmente alentador por lo que supone para recomponer la imagen del Gobierno tras el malestar inducido por la propuesta en torno a la jubilacion y las pensiones. Si ella ha generado problemas de diverso tipo, respecto a los cuales se va haciendo una autocritica que es de agradecer-puede verse lo que hoy trae el diario Publico sobre eso- , la propuesta que ahora hemos conocido de la mano del presidente Zapatero y del ministro Corbacho apunta afortunadamente al abordaje dialogado de problemas como el paro, el empleo juvenil, el fomento de la contratacion indefinida, el empleo a tiempo parcial, los criterios de igualdad en el mundo laboral, etc.
    La propuesta en cuanto a reforma laboral permite remachar la idea de que Zapatero y su Gobierno pueden resistir en el sentido en que muchos lo hemos pedido -frente a la derecha, frente a la ortodoxia neoliberal, frente a las presiones del mundo financiero, frente a los interesados profetas de calamidades, frente a agencias y organismos internacionales escorados al servicio de determinados intereses...-. Hay que subrayar ese sentido de la resistencia que propugnamos frente al resistir del que hablan otros, que invitan a hacerlo precisamente en sentido contrario, denigrando la defensa firme de los derechos de los trabajadores, el pacto social, el papel del Estado en la economia, los apremios en favor de la sostenibilidad, etc. Es, pues, la hora de mantener el rumbo en la tarea de conjugar reforma laboral y derechos de los trabajadores.
    6 de febrero de 2010
    http://argumentosptapias.blogspot.com/